Hechos 5:29 Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres; respondieron Pedro y los demás apóstoles.
Dios es infinitamente sabio y en su gran amor anhela que vivamos una vida digna y por ello nos dejo su manual de instrucciones: La Biblia.
La obediencia a Dios es la mayor prueba a nuestra sensatez y una llave maestra para abrir las puertas de una sana prosperidad.
Jesucristo es nuestro mayor ejemplo de obediencia, tenemos que obedecer su palabra para decir que tenemos fe en Él.
Obedecemos los mandamientos por amor a Dios, somos seres sociales sometidos a una autoridad que nos dirige hacia el bien común, por tanto respetamos y amamos a nuestros semejantes y nos sujetamos a toda autoridad, especialmente debemos honrar a nuestros padres y sobre toda autoridad puesta obedecemos y honramos a Dios.
En estos días la desobediencia es el motor y denominador de las masas, son miles los que se unen según sus convicciones para protestar en contra Dios y sus principios, miles que por arrogancia se ufanan con soberbia y orgullo de sus pecados y buscan poder y fama a cualquier precio, tratando en vano de colocarse por encima de Dios y su gloria.
En este desenfreno hombres y mujeres quedan presos en su propia confusión, se hacen tercos en su ignorancia, son indolentes y equivocadamente pierden el control de sus vidas.
No aceptan que los preceptos de Dios instruyen en al ser humano para administrar bien su vida.
El engaño de la fascinación del pecado hace el obedecer impopular y por la autosuficiencia y la rebelión; las personas no entienden que es más fácil la vida cuando se obedece a Dios.
Todo principio de Dios obra para nuestro propio bien, somos llenos de su amor y tenemos esperanza y la mayor bendición que es la Salvación en la vida eterna.
En cambio la desobediencia nos hace vivir en forma superficial distraídos en diversiones, vanidades, ilusiones falsas, ego y mentiras que nos esclavizan y nos hacen sentir oprimidos, ansiosos, tristes, estresados, y solos aún en medio de muchas personas.
Vivimos una batalla entre la Salvación y la condenación; entre la Luz y las tinieblas, entre el bien y el mal, entre la honra y la deshonra, entre la Paz y la confusión, Pero, el trasfondo espiritual es una gran confrontación entre la rebelión y la obediencia.
Saber obedecer, es saber adorar, honrar y respetar al Señor en el cual decimos creer.
El hombre que ama a Dios sabe que en la obediencia esta la bendición y que es mayor que cualquier sacrificio.
Es muy necesario revisar nuestra conciencia y cuidar de no construir nuestra propia Torre de Babel porque finalmente terminamos confundidos y muy lejos de la perfecta voluntad de Dios que es buena agradable y perfecta.
Mejor es revisar a tiempo nuestra condición y redireccionar nuestro camino..
Lamentaciones 3: 40-41 - Hagamos un examen de conciencia y volvamos al camino del Señor, elevemos al Dios de los cielos nuestro corazón y nuestras manos.
Bendiciones!
No comments:
Post a Comment