LA SEÑAL DE LA CRUZ

LA VERACIDAD DETRÁS DE LA SEÑAL DE LA CRUZ

Muchos de nosotros los católicos cristiano tenemos la tendencia de hacer el gesto de la Cruz sin saber lo que estamos haciendo, es ahí, donde esta el peligro de hacerlo sin prestarle la atención que se merece. Sin embargo es precioso por su historia, por su significado y por su poder.

Es la señal de nuestra fe; muestra quiénes somos y lo que creemos. Es el resumen del Credo. Es la señal de nuestro agradecimiento. Es preciso hacer con amor y emoción este gesto que nos recuerda que Jesús ha muerto por mí. Es la señal de la intención de obrar, no para la tierra, sino para el Cielo. Al hacerla, y pronunciando estas misteriosas palabras

-"EN EL NOMBRE DEL PADRE Y DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO" me comprometo a obrar:

• En el nombre del Padre que me ha creado,
• En el nombre del Hijo que me ha redimido,
• En el nombre del Espíritu Santo que me santifica. 

• En una palabra: a actuar como hijo o hija de Dios.

Este signo es la señal de la consagración de toda mi persona.

• Al tocar mi frente: <<rezo>> a Dios todos mis pensamientos.
• Al tocar mi pecho:<<consagro>> a Dios todos los sentimientos de mi corazón.
• Al tocar mi hombro izquierdo:<<le ofrezco>> todas mis penas y preocupaciones.
• Al tocar mi hombro derecho: le <<consagro>> mis acciones.

La señal de la Cruz es en sí misma fuente de grandes gracias. Debo considerarse como la mejor preparación a la oración, pero ya es en sí misma una oración, y de las más impresionantes. Es una verdadera bendición. ¡cuánto nos emocionaríamos al ser bendecido por el mismo Dios !

Que el Señor, nos conceda la gracia de hacer de la señal de la cruz un "Heme aquí" motivador para la oración, para la acción, para el día entero; así como una poderosa llamada de las bendiciones del cielo sobre mí.

Texto original: Web Catolico de Javier.