7.20.2012

LAS TÁCTICAS DE SATANÁS


LAS TÁCTICAS DE SATANÁS

"Yo soy tu Jesús, nacido Encarnado.  He vendido para ayudarte a reconocer las tácticas de Satanás para que no caigas bajo su influencia.  Satanás está en la confusión, en el enojo y en el temor.  Él es quien trae la falta de paz.  Él trata de desanimar cualquier esfuerzo positivo diciéndote que no hay forma de escapar de ciertas situaciones, que la oración y los sacrificios son inútiles porque las peticiones en tu corazón son tan abrumadoras que ninguna oración será efectiva.”


"Si nada de esto le funciona y perseveras en la oración, él se mueve a un nivel superior.  Te dice que aquello por lo que estás rezando probablemente no es la Divina Voluntad de Dios, por lo tanto, es mejor darse por vencido, ya que si consiguieras aquello por lo que rezaste sería desastroso de cualquier forma.  Si aun así no te rindes y sigues rezando, él te trae una distracción tras otra mientras rezas, con la finalidad de que dejes de hacerlo."


"Él es incansable en sus esfuerzos.  Te pone personas en tu vida que te hacen enojar.  Algunas de estas personas son parte de sus huestes, otros son, inconscientemente, simples marionetas en sus manos.  Cada alma debe estar enterada de estas tácticas insidiosas del enemigo para no sucumbir a ellas.  Por favor darás esto a conocer."  Jesús, 11 de Marzo del 2004.


“Mis hermanos y hermanas, si ustedes no reconocen el portal por el que Satanás entra con sus tentaciones para alcanzar los lugares más recónditos de sus corazones, si ustedes no reconocen el sendero al que él los atrae con sus malignas inspiraciones, entonces ustedes le están dando libre dominio en sus corazones y en sus vidas.  Esto es especialmente cierto con los sacerdotes, quienes son los blancos más frecuentes del mal.  Ustedes deben rezar pidiendo sabiduría para reconocer y conocer al enemigo;  entonces estarán listos para su siguiente ataque y él no los hará tropezar.”  San Juan-María Vianney, 11 de Agosto del 2006.


“He venido para recordarte que permitas al Amor Santo estar en vela sobre tu corazón en cada momento presente.  Pídele ayuda en esto a tu ángel guardián.  De lo contrario, el enemigo encontrará la misma puerta de entrada a tus pensamientos, tus acciones y tus decisiones.  Debes saber la forma en que Satanás opera si intentas oponértele.”  Jesús, 28 de Julio del 2006.







CONSAGRACIÓN A LA LLAMA DEL AMOR SANTO


Inmaculado Corazón de María, humildemente te pido que lleves mi corazón a la Llama del Amor Santo, que es el refugio espiritual de toda la humanidad.  No veas mis faltas ni mis fallas, más bien permite que estas iniquidades sean quemadas por esta Llama purificadora.  A través del Amor Santo, ayúdame a ser santificado en el momento presente, y al hacerlo, darte a Ti, querida Madre, cada uno de mis pensamientos, palabras y obras.  Tómame y úsame de acuerdo a lo que te sea agradable.  Permíteme ser Tu instrumento en el mundo, todo para la mayor gloria de Dios hacia Tu victorioso Reino.  Amén.

“Las almas que se consagran así, me entregan todas sus faltas, sus pecados, tanto del pasado como del futuro, sus virtudes, aquellas que tienen y que tendrán, sus dolores, sus alegrías y sus miedos.  Yo reinaré en sus corazones triunfando sobre sus pecados dominantes.  Tomaré dominio sobre los bienes interiores y exteriores.  Sólo les pido su eterna fidelidad para vivir en Amor Santo y para extender el Mensaje de Amor Santo.  Al hacerlo, ellas serán Mis instrumentos para llevar almas a la Nueva Jerusalén.”

“Las almas que deseen hacer esta consagración deben preparar sus corazones por tres días.  Cada día deseo que hagan alguna obra de misericordia corporal.  Cada día deben evangelizar, al menos a una persona, con el Mensaje de Amor Santo.  Cada día deben recibir con reverencia a Mi Hijo en la Eucaristía.  Estos tres días de luz servirán como armadura contra los tres días de oscuridad que están por venir.  Este es el Amor Misericordioso de Dios que le estoy dando a la humanidad a través tuyo...  Dalo a conocer a los creyentes y a los no creyentes por igual.” 

(Nuestra Señora, 15 de Abril de 1995.)



OBRAS DE MISERICORDIA CORPORALES 


     - Alimentar al hambriento.
     - Dar de beber al sediento.
     - Proteger al desamparado.
     - Consolar al afligido.
     - Visitar al enfermo.
     - Enterrar a los muertos.
     - Visitar al preso

7.18.2012

Jesus en Construccion

You are the Light...


7.15.2012

La Dignidad de la Persona y La Libertad


El progreso en la virtud, el conocimiento del bien, y la ascesis acrecientan el dominio de la voluntad sobre los propios actos.
 
La Dignidad de la Persona y La Libertad
La Dignidad de la Persona y La Libertad
1.-La dignidad de la Persona Humana
La dignidad de la persona humana está enraizada en su creación a imagen y semejanza de Dios; se realiza en su vocación a la bienaventuranza divina. Corresponde al ser humano llegar libremente a esta realización. Por sus actos deliberado, la persona humana se conforma, o no se conforma, al bien prometido por Dios y atestiguado por la conciencia moral. Los seres humanos se edifican a sí mismos y crecen desde el interior: hacen de toda su vida sensible y espiritual un material de su crecimiento. Con la ayuda de la gracia crecen en la virtud, evitan el pecado y, si lo han cometido recurren como el hijo pródigo a la misericordia de nuestro Padre del cielo. Así acceden a la perfección de la caridad.

Cristo manifiesta plenamente el hombre al propio hombre y le descubre la grandeza de su vocación .
Dotada de alma espiritual, de entendimiento y de voluntad, la persona humana está desde su concepción ordenada a Dios y destinada a la bienaventuranza eterna. Camina hacia su perfección en la búsqueda y el amor de la verdad y del bien.
La verdadera libertad es en el hombre el “signo eminente de la imagen divina” .El hombre debe seguir la ley moral que le impulsa “a hacer el bien y a evitar el mal” . Esta ley resuena en su conciencia.
El hombre, herido en su naturaleza por el pecado original, está sujeto al error e inclinado al mal en el ejercicio de su libertad.
El que cree en Cristo tiene la vida nueva en el Espíritu Santo. La vida moral, desarrollada y madurada en la gracia, alcanza su plenitud en la gloria del cielo. 


2.- La Libertad del Hombre:

Dios ha creado al hombre racional confiriéndole la dignidad de una persona dotada de la iniciativa y del dominio de sus actos. “Quiso Dios ‘dejar al hombre en manos de su propia decisión’ (Si 15,14.), de modo que busque a su Creador sin coacciones y, adhiriéndose a El, llegue libremente a la plena y feliz perfección”:
"El hombre es racional, y por ello semejante a Dios; fue creado libre y dueño de sus actos."

Libertad y responsabilidad

La libertad es el poder, radicado en la razón y en la voluntad, de obrar o de no obrar, de hacer esto o aquello, de ejecutar así por sí mismo acciones deliberadas. Por el libre arbitrio cada uno dispone de sí mismo. La libertad es en el hombre una fuerza de crecimiento y de maduración en la verdad y la bondad. La libertad alcanza su perfección cuando está ordenada a Dios, nuestra bienaventuranza.

Hasta que no llega a encontrarse definitivamente con su bien último que es Dios, la libertad implica la posibilidad de elegir entre el bien y el mal, y por tanto, de crecer en perfección o de flaquear y pecar. La libertad caracteriza los actos propiamente humanos. Se convierte en fuente de alabanza o de reproche, de mérito o de demérito.
En la medida en que el hombre hace más el bien, se va haciendo también más libre. No hay verdadera libertad sino en el servicio del bien y de la justicia. La elección de la desobediencia y del mal es un abuso de la libertad y conduce a “la esclavitud del pecado”.
La libertad hace al hombre responsable de sus actos en la medida en que éstos son voluntarios. El progreso en la virtud, el conocimiento del bien, y la ascesis acrecientan el dominio de la voluntad sobre los propios actos.
La imputabilidad y la responsabilidad de una acción pueden quedar disminuidas e incluso suprimidas a causa de la ignorancia, la inadvertencia, la violencia, el temor, los hábitos, los afectos desordenados y otros factores psíquicos o sociales.
Todo acto directamente querido es imputable a su autor:
Así el Señor pregunta a Adán tras el pecado en el paraíso: ‘¿Qué has hecho?’ . Igualmente a Caín . Así también el profeta Natán al rey David, tras el adulterio con la mujer de Urías y la muerte de éste .
Una acción puede ser indirectamente voluntaria cuando resulta de una negligencia respecto a lo que se habría debido conocer o hacer, por ejemplo, un accidente provocado por la ignorancia del código de la circulación.
Un efecto puede ser tolerado sin ser querido por el que actúa, por ejemplo, el agotamiento de una madre a la cabecera de su hijo enfermo. El efecto malo no es imputable si no ha sido querido ni como fin ni como medio de la acción, como la muerte acontecida al auxiliar a una persona en peligro. Para que el efecto malo sea imputable, es preciso que sea previsible y que el que actúa tenga la posibilidad de evitarlo, por ejemplo, en el caso de un homicidio cometido por un conductor en estado de embriaguez.
La libertad se ejercita en las relaciones entre los seres humanos. Toda persona humana, creada a imagen de Dios, tiene el derecho natural de ser reconocida como un ser libre y responsable. Todo hombre debe prestar a cada cual el respeto al que éste tiene derecho. El derecho al ejercicio de la libertad es una exigencia inseparable de la dignidad de la persona humana, especialmente en materia moral y religiosa . Este derecho debe ser reconocido y protegido civilmente dentro de los límites del bien común y del orden público.

Autor: Magisterio de la Iglesia | Fuente: Catecismo de la Iglesia Católica 

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